Bueno, pues ya estamos de vuelta de Egipto...
La verdad es que la valoración general del país es un sabor agridulce. Es un país de contrastes, pero bastante bestias, la verdad. Te encuentras con la miseria más absoluta (niños pidiendo bolígrafos!), hasta el lujo más ostentoso (hoteles del Cairo: Gran Hyatt, Ramses Hilton, Sheraton el Cairo, Four Seasons Palace...). Y la verdad es que en general, la parte que más nos ha gustado ha sido el crucero por el Nilo. Sobretodo, la excursión por el poblado Nubio. Y también me atrevo a decir que lo que menos, has sido El Cairo. Yo jamás había estado en una ciudad de 20 millones de personas (más otros tantos millones cada día que vienen a trabajar); pero os prometo que esta ciudad es inexplicable. Por mucho que diga que es caos, suciedad, inmundicia, contrastes, gritos, locura, gente, más gente, todavía más gente, mercados, tráfico...me quedo corto. No se puede explicar en palabras.
En próximas entradas pondré alguna foto para explicarlo bien.
De momento os dejo esta de Anna, al lado del busto de Amon-Ra (si no me equivoco), tomada en el templo de Luxor!
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