Capítulo 183: Llorando

Atención: esta entrada contiene información de la película "Siete Almas". Si no la has visto, recomiendo que no lo leas.

Dejando de un lado que se trata de una americanada en su plenitud; acabo de ver "Seven Pounds", y no tengo ningún problema en admitir que al final de la peli, me he pegado un hartón de llorar (de esos que sientan bien).

No tengo ni idea porque en España se decide traducir los títulos destrozando su mensaje. La película, se tituló aquí como "Siete Almas". Y desde luego, el sentido del film, es que se llame "Seven Pounds" porque es el peso total aproximado de los órganos que el protagonista decide donar.

Claro que la peli, tiene cagadas garrafales, como por ejemplo que es imposible que Will Smith decida a quién quiere donar los órganos; que si se suicida no se puede hacer el levantamiento del cuerpo hasta que no lo autorice un juez (y menos aún donar sus órganos); que una donación de córneas no cambia el color de ojos; que no se puede donar un corazón sin saberse su compatibilidad de grupo sanguíneo... Pero en fin, la síntesis del lloriqueo es la siguiente:

Qué lástima que en el mundo no existan personas así. Lástima que la redención sea un acto "de final" y no "de principio". O mejor aún, "de fe" y no "de principios"; y sin ser una fé espiritual. Solo tendría que vales la fé en que el prójimo es tu compañero, que compartimos este mundo, que nos debería costar tan poco querernos los unos a los otros...Que los humanos nos hemos complicado la vida con conceptos metafísicos absurdos, y que a veces con querese basta.

Demostrad cada día lo mucho que queréis a los vuestros, y lo mucho que os queréis a vosotros mismos. Quizás mañana sea demasiado tarde. Y si no lo es, hazlo igualmente y disfrútalo.

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